Proceso de revestimiento

El revestimiento es un proceso de acabado que deposita metal en una superficie conductora para conseguir propiedades decorativas, de resistencia, soldabilidad, resistencia al desgaste, fortalecimiento, reducción de la fricción, adhesión y otras diversas. Aunque el proceso de revestimiento se ha llevado a cabo a lo largo de la historia, es un proceso fundamental en la tecnología moderna. El descubrimiento de su uso en la nanotecnología se produjo cuando se produjo el revestimiento de objetos tan pequeños como los átomos mediante la deposición de películas finas. En los últimos tiempos, el revestimiento puede producirse a menudo con el uso de líquidos.

Existen varios métodos de revestimiento; entre ellos, hay numerosas variaciones. La galvanoplastia suministra un metal iónico con electrones para formar un revestimiento no iónico en un sustrato. Para más información, consulte Proceso de acabado de galvanoplastia.

La galvanización es un método químico que implica varias reacciones químicas simultáneas con el uso de una solución acuosa. Uno de los métodos de revestimiento químico se produce cuando se cubre una superficie sólida con una fina lámina metálica, que posteriormente se somete a una aplicación de calor y presión para fusionarlas.

Hay muchos materiales específicos que se utilizan en el revestimiento, por ejemplo, aleación, cadmio, cromo, compuesto, oro, níquel, rodio, plata, estaño, zinc y zinc-níquel. La joyería suele utilizar el revestimiento para dar un acabado de plata u oro. La metalización se refiere al recubrimiento de metal sobre objetos no metálicos.